Uno de los primeros pasos a seguir para determinar si una compañía y sus productos son rentables y competitivos consiste en establecer un proceso periódico y permanente de revisión de rentabilidad. Es decir, determinar cómo y qué se está vendiendo considerando precios de los productos, sumas aseguradas, tipo de clientes, edades de los mismos, beneficios adicionales contratados, entre otros factores que brinden una clara idea de cómo contribuye cada producto a los ingresos de la compañía.

Al mismo tiempo, se hace necesario establecer un proceso de revisión de competitividad para monitorear constantemente el mercado, y conocer lo que hacen nuestros competidores directos, así como otros actores en el sector: reguladores y otros organismos financieros. Al tener un panorama completo de la industria, se pueden detectar vacíos y tendencias que eventualmente se conviertan en oportunidades de negocio.

La actualización de los supuestos actuariales, económicos y financieros es otro paso en el camino para determinar si una compañía está siendo rentable, ya que esto refleja los resultados de la cartera de una manera fidedigna.

Finalmente, es recomendable integrar un reporte periódico para la alta dirección, en el cual se propongan acciones de mejora, partiendo de los hallazgos que se observan y ligado a los objetivos e indicadores de desempeño de la organización.